lunes, 12 de agosto de 2024

FRACASO INFORMATIVO, DECEPCIÓN POLÍTICA

(Esta es una entrada en un antiguo blog que escribí con motivo de la finalización de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Curiosamente, considero que para los de París sigue siendo muy válido).

Los Juegos terminaron. He de decir que no pude resistirme a verlos, aunque siga considerando que no deberían haberse celebrado, pero unos Juegos Olímpicos no se cancelan así como así, por muchas injusticias que padezcan los habitantes del país más poblado del mundo, o por muchas guerras que haya en Osetia del Sur (de hecho, estoy empezando a dudar si Osetia del Sur existía hace un mes).

18 medallas no están mal: nos quedamos sólo a cuatro de Barcelona y a una de Atenas, aunque con dos oros más que en la última Olimpiada, lo que nos eleva del vigésimo al decimocuarto lugar en el medallero. Sin embargo, las palabras "fracaso" y "decepción" han sonado repetitivamente en telediarios y periódicos durante los últimos quince días: "Iván Raña decepciona", "fracaso en tekwondo", y tres cuartos de lo mismo en judo, natación, etc.

No voy a entrar en si la labor de los actuales dirigentes del atletismo nacional es buena o no, entre otras cosas porque de atletismo no tengo ni pajolera. Lo que sí sé es que en mi vida he visto televisada o narrada por radio una prueba de takwondo o mountain bike fuera de unos Juegos Olímpicos. Y unos Juegos son cada cuatro años, así que por muy bueno que hayas sido en esos cuatro años, si el día D a la hora H no estás al 100 por 100, se acabó. Si durante estos cuatro años nos hubieran mantenido debidamente informados, sabríamos, por ejemplo, que Paquillo Fernández, una de nuestras "decepciones", es el atleta español con mayor número de medallas en mundiales de atletismo, con siete, siendo campeón del mundo de 20 km marcha en 2006 y 2007. Que para Marta Domínguez los 3000 obstáculos no son ni siquiera su especialidad favorita, ya que a ella lo que le va son los 5000, donde es bicampeona de Europa y tiene dos medallas de plata en mundiales. Que Mireia Belmonte ha ganado cinco medallas, entre mundiales y europeos, en sus primeros dos años como nadadora absoluta. Y un largo etcétera de éxitos de los deportistas españoles que quedan sepultados bajo la mediatización de los tres o cuatro deportes que se llevan toda nuestra atención, y que relativizarían el "fracaso" de quince días que, cierto es, no han sido muy afortunados.

Mirémoslo por otro lado:

¿Hubiera sido un fracaso que Nadal no hubiera ganado medalla? Pues no, porque todos sabemos que acaba de ganar Roland Garros y Wimbledon y que es el número 1, que llegaba cansado a los Juegos, etc.

¿Es un fracaso que la selección española de fútbol ni siquiera se haya clasificado? Acabamos de ganar el europeo, y además todos sabemos que es la sub-21 la que se juega la clasificación, ¿qué más queremos?

¿Algún titular de hoy ponía "Alonso decepciona"? Tampoco, porque el asturiano bien que sabe guardarse las espaldas y echar las culpas a otros pilotos o a los mecánicos de su propia escudería. (Bueno, acabo de mirarlo en Google y sí que hay algún titular así, para qué mentir)

En definitiva, que puede que haya habido algunos "fracasos" y "decepciones" en Pekín (o Beijing, siendo políticamente correctos), pero el verdadero fracaso y la verdadera decepción está en el trato que reciben aquellos deportes que no son mayoritarios por parte de los medios de comunicación, así como por las altas personalidades del Estado, durante los 47 meses y 2 semanas que hay entre Olimpiada y Olimpiada.